La terapia IFS ayuda a los adolescentes a aumentar su conciencia y a comprender ellos mismos las razones de su comportamiento y a superar el miedo a encontrarse con el sexo opuesto. La insatisfacción con la apariencia externa a esta edad a menudo conduce a trastornos alimentarios. El método IFS funciona eficazmente con problemas de bulimia y de comer en exceso de forma compulsiva y emocional. Un psicólogo ayuda a armonizar las relaciones con los padres, a afrontar la adicción a los juegos y a afrontar las relaciones tóxicas.

 

Este método es eficaz cuando se trabaja con reacciones de comportamiento emocionales como sentimientos de culpa sin motivo aparente, pérdida de confianza, baja autoestima, incapacidad para decir no, parentificación, una situación familiar en la que el niño crece rápidamente. A menudo, la razón de este comportamiento es el divorcio de los padres, cuando los adultos, consciente o inconscientemente, involucran al adolescente en un conflicto de intereses.